El candidato derechista Sebastián Piñera, favorito para ganar el balotaje del próximo 17 de enero en Chile, señaló que en un eventual gobierno suyo no se considerará pecado haber desempeñado cargos durante la dictadura de Augusto Pinochet, posición que generó polémica en plena carrera electoral.

"La verdad es que el hecho de haber trabajado para un gobierno, incluyendo el gobierno militar no es pecado, ni es delito; lo que es pecado son los que cometieron delitos, por ejemplo los que atropellaron los derechos humanos", dijo Piñera en una entrevista con la Televisión Nacional de Chile.

El candidato mostró un giro ante una postura inicial frente al tema, cuando señaló que era "poco probable" integrar en su eventual equipo de gobierno a ex colaboradores de Pinochet.

Su postura inicial estaba en línea con lo expresado con su jefe de campaña, Rodrigo Hinzpeter, quien cerró la puerta a cualquiera que hubiera tenido un cargo en el régimen militar.

"No va a hacer un gobierno con gente que participó o tuvo cargos de primera importancia y probablemente de segunda y tercera (en la dictadura)", señaló Hinzpeter.

Pero descartar de plano a esos funcionarios dejaba en una incómoda posición a Piñera dentro de un alianza de derecha donde parte de sus miembros colaboraron con la dictadura de Pinochet, en especial miembros de la ultraconservadora Unión Demócrata Independiente (UDI).

Tal es el caso de Joaquín Lavín, ex alcalde de la rica comuna de Las Condes en Santiago, quien colaboró en temas económicas con la dictadura de Pinochet, y que figura hoy como uno de los voceros del comando de Piñera.

Lavín, que estuvo cerca de convertirse en presidente de Chile y que en los últimos años ha moderado su apoyo a la dictadura, suena como uno de los más fuertes candidatos para integrar un futuro gabinete de Piñera, tal como el senador Pablo Longueira, quien trabajó como asesor del Ministerio de Vivienda y Urbanismo en la era Pinochet.

En igual situación está el economista Cristián Larroulet, quien cumplió funciones en el ministerio de Hacienda de la dictadura y es uno de los posibles candidatos a encabezar esa cartera en un eventual gobierno de Piñera.

El empresario se vio obligado a definirse sobre este tema tras trascender a comienzos de esta semana un intercambio de mails con el reconocido cientista político Patricio Navia, ligado a la centro-izquierda, quien comprometió su apoyo a Piñera en el balotaje a cambio de que él se comprometiera a no formar un gobierno con los 'pinochetistas'.

Piñera aceptó esta petición y se comprometió a que la mayoría de los colaboradores de su eventual gobierno "sería gente joven, que eran muy niños en el gobierno militar".

"Si habrá algún ministro del gobierno militar en este nuevo gobierno, lo más probable es que no, por una razón muy simple: éste es un gobierno nuevo, que está mirando al futuro y que le abrirá las puertas a una nueva generación" aunque "habrá algunas canas", señaló Piñera este viernes, volviendo a matizar su postura.

El empresario no participó de la dictadura y votó NO en el plebiscito que consultaba sobre la continuidad en 1988 de la dictadura de Pinochet.

Piñera, que compite por segunda vez, es el favorito para adjudicarse el próximo balotaje. Los últimos sondeos le dan entre un 46 y un 48%, frente a un 40% del oficialista Eduardo Frei.