TV digital: "La norma no basta", por Sergio Godoy Etcheverry
Es buena noticia que el Gobierno se haya decidido por un estándar de TV digital de una vez por todas, y que haya escogido el más avanzado de los disponibles: el japonés ISDB. El temor a que fuese demasiado caro para Chile, que era el principal impedimento hace poco, ha sido superado. Como dice la Ley de Moore, las tecnologías digitales se abaratan tan rápido como mejora su capacidad de procesamiento. Y según la embajada de Japón, las personas pueden acceder a TV digital comprando decodificadores por unos 35 dólares, o sea unos 20 mil pesos, a menos que prefieran comprar un receptor totalmente digitalizado.
La gracia de ISDB es que permite que un operador emita dos señales de alta definición (HD) y, además, una señal para celulares sin recurrir a una compañía de telefonía móvil aparte. Todo eso cabe en un solo "canal" de 6 MHz, que con la tecnología analógica vigente permite sólo una señal de definición estándar (SD) de 525 líneas. Si no se quiere alta definición, en esos 6MHz caben ocho señales SD de 525 líneas, siempre manteniendo la señal para celular. La SUBTEL dispuso hace un par de años de 30 canales de 6MHz en la banda UHF para este tipo de emisiones. Por ende, las personas podrán acceder al menos a 60 señales de HD y 30 para celulares y/o hasta un máximo de 240 señales SD, dependiendo de qué alternativas escoja cada operador autorizado.
Y he aquí el quid del asunto: quiénes van a estar autorizados a operar y en qué condiciones. Pero eso no depende del estándar técnico, sino de la ley de TV. A fines de 2008 el Gobierno envió al Congreso una propuesta de reforma de esa ley, pero se trata de un parche. La ley Nº18.838 data de los años 80, cuando "televisión" equivalía a una TV abierta muy parecida a la radio AM de los años 50: un puñado de operadores ofreciendo contenidos generalistas (es decir, que no satisfacen mucho a nadie), que dependen de la publicidad minuto a minuto para sobrevivir y que, además, tienen prohibido operar más de un canal por área de servicio. Pero la TV de hoy incluye al 30% de los hogares con TV paga, la cual ya es multicanal, digital e independiente del rating minuto a minuto y se integra a consorcios de telecomunicaciones con un modelo de negocio muy diferente (y mucho más afluente que la TV abierta). Y eso es sin contar a internet ni los celulares. Para colmo, el proyecto de ley mantiene separadas a entidades e iniciativas públicas que serían más eficientes operando de manera convergente, como el Consejo Nacional de TV, la SUBTEL, la Estrategia Digital del MINECON, el Consejo de Innovación y el Plan Enlaces del MINEDUC.
En otras palabras, definir el estándar técnico es apenas un primer paso para digitalizar la TV abierta, que es gratuita y de alcance universal. Pero no basta. La digitalización debe cumplir dos grandes objetivos de política pública, independientemente de los detalles ingenieriles y jurídicos: más y mejor TV para los chilenos, y más y mejor producción chilena de contenidos. El estándar ISDB permite más canales, con imagen más nítida y captables por receptores móviles. Pero no asegura más ni mejores programas, ni que sean más entretenidos o innovadores, ni que sean chilenos quienes los elaboren con criterios de excelencia audiovisual.
Sergio Godoy Etcheverry, MBA PhD
Profesor Facultad Comunicaciones UC
Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en RSE de la ONU
Diplomado en Gestión del Conocimiento de la ONU
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