Bolivia dividida tras referendo revocatorio
JOSE LUIS VARELA/AFP
LA PAZ
AP
Un seguidor de Evo Morales celebra la victoria del presidente en el referendo revocatorio del domingo 10 de agosto.
El presidente Evo Morales fue ratificado ampliamente en su cargo en el referendo del domingo, pero su éxito se vio empañado porque los principales prefectos opositores fueron confirmados, con lo que se mantiene la polarización que vive Bolivia.
Según una encuesta a boca de urna del canal privado de televisión PAT, basada en cálculos del grupo Captura Consulting, el mandatario --junto a su vicepresidente, Alvaro García-- obtuvo 62 por ciento de los votos a favor y 38 por ciento en contra.
Un conteo rápido de la cadena privada ATB señaló que el Presidente tuvo a su favor el 63.1 por ciento de los votos y 36.9 por ciento en contra.
Para revocarle el mandato a Morales era necesaria una votación en contra superior a 53.7 por ciento, que fue lo que logró en las elecciones presidenciales de diciembre del 2005.
"Vamos a consolidar el proceso de cambio'', aseguró triunfal Morales el domingo por la noche, y agregó que mantendrá su programa de nacionalizaciones y recuperación de empresas para el Estado.
También habló de "trabajar de manera conjunta'' con sus opositores, pero sin precisar cómo se articulará ese proceso.
Sin embargo, el éxito del Morales fue opacado al perder 5 de los 9 departamentos y por la victoria de sus principales opositores.
Los prefectos opositores Rubén Costas, de Santa Cruz; Mario Cossío, de Tarija; Ernesto Suárez, de Beni, y Leopoldo Fernández, de Pando, fueron ratificados por un amplio margen.
Costas, su principal rival y ratificado con 79 por ciento de votos en la poderosa región de Santa Cruz, celebró con un discurso virulento contra el gobierno central, al que calificó de dictadura, frente a una multitud que gritaba "No pisa más'', lo que significa que no se permitiría a Morales visitar ese departamento.
Sin embargo, Morales puede sentirse satisfecho con la revocatoria de los prefectos de La Paz, José Luis Paredes, y de Cochabamba, Manfred Reyes Villa, ambos opositores, aunque este último no reconoció el referendo y no está dispuesto a marcharse, por lo que la situación de esa región puede volverse explosiva en los próximos días.
El jefe de Estado, que convocó a esta consulta para destrabar una grave crisis política que lo enfrenta a autoridades regionales, votó en la región cocalera del Chapare sin escolta y acompañado por sus hijos Evaliz y Alvaro, en una faceta familiar hasta ahora desconocida.
Tras votar en el pequeño poblado Villa 14 de septiembre, Morales reiteró que el referendo debe ''redefinir el nuevo escenario político'' del país, bloqueado desde hace meses por la pugna que lo enfrenta con seis de las nueve regiones de Bolivia, que no ven con agrado su proyecto estatista y piden más autonomía.
Un ejemplo del clima de polarización que vive Bolivia es que Morales no pudo hacer campaña en cuatro regiones esta semana porque grupos cívicos opositores bloquearon los aeropuertos a donde debía llegar.
El sábado acusó a la embajada de Estados Unidos de estar detrás uno de los desórdenes. "El miércoles en la noche tenía que estar en Trinidad [Beni] y esa movilización fue pagada por la embajada de los Estados Unidos'', denunció.
Ahora los principales temores se centran en el futuro a corto plazo: aunque Morales puede salir fortalecido con la ratificación a nivel nacional, en las cinco regiones donde perdió puede haber un movimiento para desconocer su mandato, señalan analistas.
Según el investigador y analista francés Hervé do Alto, después del referendo "hay un bloqueo general. El equilibrio [entre la fuerza del gobierno y la de las regiones] se mantiene''.
"Para Evo Morales es un resultado positivo pero problemático. Incluso si el gobierno está en posición de fuerza debe negociar, no tiene otra salida'', subrayó.
La gran mayoría de analistas coincide en que el diálogo es la única salida tras el referendo, cuyos resultados no generan cambios sustanciales de cara a la grave crisis que vive el país.