(Surgieron como respuesta a las necesidades de la ciudadanía) (1027)
Por Stuart Gorin
Redactor del Servicio Noticioso desde Washington
Washington - Para la mayoría de la gente en el mundo los elefantes y
borricos son un animal de la selva y el otro un animal de granja. Sin
embargo, en Estados Unidos estos dos animales de carga traen a colación a
los dos partidos políticos principales en el país.
El elefante es el símbolo del Partido Republicano, al que pertenece el
presidente Bush, desde mediados del siglo XIX. El Partido Republicano
también se conoce por las siglas GOP que se traducen por Gran Antiguo
Partido (Grand Old Party). El borrico simboliza al Partido Demócrata, en
la actualidad mayoritario en el Congreso de Estados Unidos.
Estos dos partidos dominan la escena política en Estados Unidos. Hay
docenas de otros partidos más pequeños, cuyo principal logro es desvíar la
votación clave de alguno de los candidatos de los partidos principales
durante las elecciones.
Los demócratas datan del año 1800 y de la elección de Thomas Jefferson como
el tercer presidente de Estados Unidos. Los primeros dos presidentes del
país eran miembros del Partido Federalista, que ya no existe. Abraham
Lincoln, el presidente número 16, fue el primer republicano elegido para el
cargo.
Al fundarse Estados Unidos la Constitución no estableció un papel para los
partidos políticos. Cuando el derecho al voto estaba restringido a la élite
de los propietarios de tierras en los primeros tiempos de la república, no
había mucha necesidad de establecer organizaciones políticas de amplia
base. Pero al crecer el país y aumentar los ciudadanos con derecho a votar,
surgió la necesidad de movilizar a los votantes. Los partidos políticos
realizaron esta tarea y se convirtieron en un elemento firmemente
establecido de la escena política.
Originalmente el actual Partido Demócrata fue conocido como los
Republicanos, después pasó a llamarse Democrático-Republicano y en la
década de 1830 se convirtió en el Partido Demócrata. Alrededor de la misma
época, las fuerzas de la oposición formaron el Partido Whig que, antes de
desmantelarse, eligió a varios presidentes. En la década de 1850 los
principales miembros del Partido Whig se unieron a otros para oponerse a
los demócratas y formaron el actual Partido Republicano.
Actualmente casi dos tercios de los estadounidenses se consideran
republicanos o demócratas y pueden votar en las elecciones primarias de su
estado para designar a los candidatos de su partido
Pertenecer a un partido político no es un requisito obligatorios para los
estadounidenses. Alrededor de un tercio de los ciudadanos se considera
independiente, libres de todo grupo organizado. Estos ciudadanos votan en
las elecciones generales pero en general no pueden participar en las
elecciones primarias de los partidos en los estados, lo que significa que
no pueden votar para designar a un candidato en un partido o seleccionar a
los delegados del estado para la convención nacional del partido.
En el verano de 2008 los Demócratas y los Republicanos celebrarán
convenciones nacionales, donde los delegados de cada estado emitirán su
voto reflejando los resultados de las elecciones primarias en su estado
para determinar a los candidatos de los dos partidos.
La amplia participación en el proceso de la designación implica que los
líderes de los partidos tienen un control limitado sobre la selección de
los candidatos. Los candidatos tienen que crear su propia organización para
hacer campaña, recaudar fondos y solicitar apoyo.
Sin embargo, la afiliación a uno de los dos principales partidos es una
manera de empezar a construir ese apoyo. Puesto que las elecciones
presidenciales en Estados Unidos vienen determinadas por el Colegio
Electoral, en el que cada estado tiene asignado una cantidad de votos
electorales basado en su población y el ganador del voto popular en cada
estado se lleva todos los votos electorales de ese estado, es difícil para
un partido pequeño colocarse en una posición significativa ante la
capacidad nacional de recaudar fondos y obtener apoyo desde la base que
tienen los dos partidos mayoritarios.
Históricamente los terceros partidos han tenido un importante papel para
influir tendencias políticas. El Partido Independiente Americano defendió
en 1968 la mano dura en la lucha contra el crimen y el Partido Republicano
adoptó esa idea en su plataforma (los principios en los que se basa un
partido), lo que produjo una ley de control de criminalidad que fue
aprobada por el Congreso. En la década de 1920 el Partido Socialista
planteó la creación de un fondo de compensación a los desempleados. Esto
influyó para que los demócratas establecieran el seguro de desempleo y la
ley del Seguro Social de 1935. A finales de 1800, el Partido
Prohibicionista que se formó principalmente para acabar con la venta,
fabricación y transporte de bebidas alcohólicas también patrocinó el
derecho al voto para la mujer. Más tarde, el apoyo tanto de republicanos
como demócratas resultó en la enmienda 18 a la Constitución en 1919, que
prohibía las bebidas alcohólicas, y la enmienda19 que otorgaba a las
mujeres el derecho a votar en 1920. La enmienda 18 fue revocada por la
enmienda 21 en 1933.
La influencia de los dos partidos principales va más allá de la
presidencia, ya que domina también el Congreso, los gobernadores de los
estados y las cámaras legislativas de los estados. Incluso a nivel local,
aunque hay ciudades y condados que celebran elecciones no partidistas, las
fuerzas demócratas y republicanas controlan la maquinaria política.
Hoy, el Partido Demócrata es considerado el más liberal, y los líderes del
partido consideran que el gobierno tiene la obligación de proporcionar
programas de apoyo social y económico para aquellos que los necesitan. El
Partido Republicano, más conservador, defiende un gobierno más reducido y
aboga a favor del crecimiento de la empresa privada para reducir la
dependencia de los ciudadanos.
Algunos estadounidenses no están conformes con el poder ejercido por los
partidos políticos y creen que más que aclarar los asuntos, los confunden.
Estos votantes manifiestan su disconformidad dividiendo sus votos, votando
por candidatos de distintos partidos en la misma elección.
Los dos partidos luchan constantemente por los denominados votantes
bisagra, que tienen la tendencia a cambiar de partido de una elección a
otra, pero al final el elefante y el borrico continuarán dominando la
escena política estadounidense, al menos en lo que se prevé para el futuro.
(El Servicio Noticioso desde Washington es un producto de la Oficina de
Programas de Información Internacional del Departamento de Estado de
Estados Unidos. Sitio en la Web: http://usinfo.state.gov/esp)
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Rodrigo González Fernández
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