El camino del litio
Santiago González
Ex ministro de Minería
Chile no solamente es el principal productor de sulfato de litio, sino que también posee las mayores reservas y de mejor calidad dimensionadas hoy en el mundo.
Mucho se ha hablado del futuro del litio, pero la verdad es que aún no existe claridad de cuál podría ser el real potencial de este mineral.
La proliferación de los automóviles eléctricos, cuyas baterías acumuladoras de energía se construyen con litio metálico, representan quizás la mayor expectativa en relación con su utilización en el mediano plazo. Mirando en el largo plazo, quizás 50 años, existen estudios que, con un aceptable nivel de seriedad, hablan del tritio, subproducto del litio, como el más probable compuesto a ser utilizado como combustible en la generación de energía nuclear a través del proceso de fusión.
Cualquiera de las alternativas anteriormente descritas que tuviera un meridiano grado de éxito colocaría a Chile en una posición más que expectante en el mercado mundial del litio, con los consecuentes beneficios para el país. La verdad es que si la energía nuclear del futuro se desarrolla sobre la base del tritio, daría para pensar que la viga maestra del desarrollo de Chile dejaría de ser el cobre y pasaría a ser el litio. ¿Y cuál es la política pública de Chile respecto de este mineral?
El litio se explota hoy principalmente en el Salar de Atacama en propiedades mineras de Corfo por parte de dos empresas que obtuvieron la licencia para ello y cuyos contratos de explotación vencen dentro de los próximos 15 y 20 años. ¿Qué haremos entonces? Quizás sea razonable comenzar a pensarlo hoy, ya que los procesos tecnológicos se desarrollan más rápido de lo que uno piensa y debemos estar preparados.
En el sector minero hicimos un esfuerzo por delinear una política para el litio, la cual se sustenta en cuatro ejes estratégicos y sobre los cuales debería construirse una discusión público-privada que como país debemos realizar.
Aquí van las propuestas:
1° Resolver respecto de la condición de "reserva estatal y mineral no concesible" que tiene hoy el litio en nuestro país. Este es un aspecto importante de dilucidar, especialmente si queremos diversificar su producción y hacer frente a un futuro mercado demandante.
2° Resolver sobre la justa renta que debe tener el Estado sobre la explotación de este mineral, ya que al ser "no concesible" no está afecto al impuesto específico a la minería, conocido como royalty .
3° Implementar un sistema exhaustivo de monitoreo a las reservas estatales del Salar de Atacama que son explotadas hoy, de modo de establecer con certeza su nivel de eficiencia y tener la tranquilidad respecto de su permanencia futura.
4° Constituir una instancia público-privada de carácter técnico, en la que el Estado explicite su voluntad sobre el desarrollo de la minería del litio, focalice los recursos estatales y privados disponibles para investigación, promueva la interrelación entre la minería del litio y los sectores industriales, realice ingeniería de mercado a nivel internacional, y promueva su explotación y desarrollo proponiendo políticas que equilibren la justa renta económica del Estado por tratarse de recursos fiscales, frente a la razonable rentabilidad que generaría su explotación al sector privado que participe de ella. Y ahora, manos a la obra.
La proliferación de automóviles eléctricos representa quizás la mayor expectativa en relación con su utilización en el mediano plazo.