Aun cuando en enero su propuesta de avanzar en "un nuevo trato" con el Gobierno no concitó mayor entusiasmo en RN -menos interés hubo obviamente en el gremialismo-, el inversionista y candidato presidencial de Renovación Nacional, Sebastián Piñera, criticó la beligerancia que se ha impuesto en el escenario político y reiteró la necesidad de tender puentes con La Moneda.
De acuerdo con Piñera, "el diálogo de sordos y las peleas entre perros y gatos que estamos viendo todos los días no conducen a ninguna parte".
"Creo en una Alianza patriótica e inteligente (...) Eso significa una oposición con capacidad de diálogo con el Gobierno, que esté dispuesta a sentarse a la mesa a buscar soluciones a los problemas", señaló.
De esta forma, Piñera coincidió con el llamado que -el lunes reciente- realizó la Presidenta Michelle Bachelet, quien instó a cuidar el lenguaje para no caer en "descalificaciones", a terminar con el estado de "crispación" que domina el debate político y a retomar "el modelo que el año pasado logramos instalar con la oposición en torno a acuerdos sobre los grandes temas que al país le parecen básicos".
Inquietud por la tensión política también han manifestado el cardenal Francisco Javier Errázuriz y el jefe de gabinete, Edmundo Pérez Yoma.
MEJOR CLIMA
En este contexto, el inversionista de derecha señaló que "se necesita un mejor clima político en el país, donde la oposición se va a relacionar con el Gobierno de manera constructiva, apuntando a las soluciones, pero también fiscalizando cuando meten las manos en la corrupción, cuando meten los pies en la incompetencia, porque no es sólo nuestro derecho, sino que también nuestra obligación".
"Por eso le digo a la Presidenta que la forma en que la oposición se va a relacionar con el Gobierno siempre va a ser constructiva, apuntando a las soluciones, pero también vamos a fiscalizar", aseguró el ex senador desde Concepción.
La declaración de buenas intenciones del abanderado presidencial RN busca contrarrestar la tesis del "desalojo", impulsada por el senador RN Andrés Allamand -que Piñera considera "agresiva"- y apostar por un punto de equilibrio que se refleja en impulsar una oposición crítica, pero constructiva.
De ahí que, por ejemplo, Piñera se mostrara ayer dispuesto a colaborar con el Ejecutivo en materias como la lucha contra corrupción, el mejoramiento de los sistemas de control en las instituciones públicas y el término de la intervención electoral.
Las palabras del ex timonel RN se produjeron horas después de que la Presidenta Bachelet insistiera en su llamado a tener una política "sensata", que busque la solución de los problemas de la ciudadanía y no se desvíe en acusaciones con fines electorales.
Bachelet señaló que "lo mejor es tener un política responsable, sensata, que más que preocuparse de andar denunciando problemas con objetivos de dividendo político, a lo que se dedica es a buscar la solución para los problemas reales que tienen los jóvenes, las mujeres y los hombres en nuestro Chile".
El diseño de palacio busca instalar la idea de desorden en la Alianza, pues mientras Piñera insta a trabajar por "un nuevo trato", los legisladores de RN y la UDI ahondan la escalada verbal con el Ejecutivo.
En este sentido, señalan en la sede gubernamental, llama la atención el tono de las últimas intervenciones que han realizado los timoneles de RN, Carlos Larraín, y de la UDI, Hernán Larraín.
De hecho, en el Gobierno recuerdan con molestia los dichos del concejal de Las Condes, que acusó a Bachelet de aplicar hacia la derecha "técnicas de sicología política degradada, cosas que aprendieron en las universidades Karl Marx, allá en Alemania Oriental", en referencia al disuelto país donde la Mandataria pasó parte de su exilio.
En este contexto y en medio de la arremetida aliancista, que en las últimas semanas ha estado marcada por la acusación constitucional contra la ministra de Educación, Yasna Provoste, Bachelet respaldó de nuevo a la secretaria de Estado, quien ayer la acompañó en el recorrido que realizó por la sala cuna del Liceo Juanita Fernández Solar de Recoleta.
Al debate sobre la beligerancia política se sumó ayer la diputada PS Isabel Allende, quien cuestionó el planteamiento del ministro del Interior, Edmundo Pérez Yoma, quien señaló que el clima de "beligerancia política" que se ve en el país se asimila a lo que se vivió a fines de la década de los '60 y comienzos de los '80.
Tras señalar que no se pueden comparar ambos períodos, pues en la actualidad sólo hay un sector de la Alianza que ataca verbalmente, pero que no obtiene réditos por ello, la legisladora aclaró que "más que dolerme (la postura de Pérez Yoma), creo que fue un tanto exagerada. Creo que no corresponde a los tiempos de hoy y esa beligerancia verbal que aparece creo que de verdad no les ayuda a ellos, pero no va más allá de eso".