En momentos en que una cruel realidad afecta a la Argentina, abrumada por los problemas provocados por la codicia del matrimonio presidencial, que instaló en el país un hervidero de corrupción institucionalizado, en el cual solo tienen cabida, aquellos que se arrastren a sus píes y cumplan con sus expresas ordenes de sumisión. De estas serviles actitudes depende y dependerá la dádiva oficial, a Gobernadores, intendentes, legisladores y funcionarios en general alquilados por Néstor kirchner para mantener su imperio.
Esta repugnante actitud de quien desde la inmoralidad sigue ejerciendo la presidencia, se ha visto colmada por una suerte de trampa ideada desde Olivos para destruir el proceso de transparencia del acto eleccionario, imponiendo desde la deshonestidad, candidaturas con riesgo de destitución a cargos o con amenazas de no ser beneficiarios de las partidas oficiales que corresponden a sus provincias, es decir para los que se nieguen a participar en las listas del kirchnerismo, en los puestos digitados por el mandamás, traicionando a los votantes, por medio de las falsas candidaturas, serán azotados por el líder de lata, algunos separados de sus cargos como el caso de Santiago Montoya en la provincia de Buenos Aires y otros que seguramente se agregarán a la lista negra de los condenados.
Mientras esto sucede la ciudadania se encuentra sumergida en problemas delicados que afectan la calidad de vida, entre ellos la falta de seguridad que afecta hasta la crispación a las familias argentinas, abandonadas a su suerte por funcionarios precarios e inhumanos, que solo piensan en sus logros políticos y económicos, burlándose de los que les dan de comer caviar.
En tanto las muertes se suman diariamente y los delitos violentos de multiplican, un ministro de la Corte Suprema Raúl Eugenio Zaffaroni, sigue insistiendo con la sensación de inseguridad, endilgado culpas a los medios de comunicación por la sucesión de información de los hechos delictivos, quebrando con sus dichos los sentimientos de quienes a raíz de los ataques de forajidos delincuentes han perdido sus seres queridos.
Nadie está seguro en en esta desbocada Argentina, los únicos poseedores de seguridad son aquellos que por sus cargos oficiales se mueven con legiones de guardaespaldas, en autos blindados, helicópteros y aviones pagos con los dineros de los contribuyentes, mientras estos diariamente se encuentran sin buscarlo dentro del juego de la ruleta rusa. sin que nadie tome cartas en el asunto, como si el dolor les resbalara por sus caras de piedra, durante los discursos de campaña relajantes, y plagados de sarcasmo de la troupe oficialista, todavía tienen el tupe de implorar ayuda a los ciudadanos para profundizar el modelo, y apuntalar a Cristina, para que con la comodidad que le otorgue la mayoría legislativa, junto con su esposo se adueñen de lo poco que falta para convertirse en amos y señores de un territorio habitado por 40 millones de esclavos.
Mientras en la provincia de Buenos Aires, los sufridos bonarenses son atacados masivamente por brutales delincuentes beneficiados por una justicia abolicionista, que los ampara, otorgándoles una suerte de premios por distintas causas, ya sea por que son menores o por que según los magistrados son merecedores de cuantiosas oportunidades, aunque así no lo merezcan por haber sido condenados por delitos aberrantes de violaciones reiteradas, asesinatos varios y todo tipo de cruentos crímenes, la justicia aplica su bondadosa tutela derecho humanista y los deja en libertad para que vuelvan a delinquir, en tanto se condena a los ciudadanos de bien a la pena de muerte, abuelos, padres, e hijos son los nuevos parias de un tejido social al que no lo asiste ningún tipo de derechos humanos.
Dentro de la vorágine, es el ciudadano el que va perdiendo todo, mientras la politiquería del kirchnerato despliega mentiras prodigiosas desde las tribunas, negando las realidades y vendiendo asqueantes ilusiones de un modelo que nunca existió como tal, y que solo ha sido un arma de destrucción a los principios republicanos, para llegar este estado represor manejado por un monarca sin titulo de nobleza, que lo único que pretende es seccionar a la sociedad, para obtener laureles a costa del sacrificio de los argentinos.
A este manipulador, nada le importan los daños colaterales, que afectan al soberano a raíz de sus planes nefastos de encubrimiento de la realidad. Total todo se oculta debajo de índices y porcentajes, que dibujados diabólicamente pretenden alivianar, los índices inflacionarios, la recesión, la falta de crecimiento, el aumento de la pobreza y hasta la epidemia de dengue que recrudece en todo el país. Llegando a la peor de las hipocresías, el ahora ciudadano Néstor Kirchner ordenó por medio de un llamado telefónico al mejor de sus lacayos Miguel Angel Pichetto, postergar la declaración de emergencia sanitaria por dengue, cuando el bloque del senador en cuestión había decidido votar a favor de esa declaración.
Así como se tapa la desnutrición, la tuberculosis, la enfermedad de chagas, ahora le ha tocado el turno al dengue. No es cuestión de que el país de la fantasía pierda su encanto. y las palabras de la Presidente no gocen de credibilidad, cada vez que elogia su armoniosa gestión y pone el acento e la disminución de la pobreza, en los planes de salud y en las obras públicas que dignifican la calidad de vida de los postergados, así como la distribución de la riqueza, que según la Señora a acusado un importante beneficio, en esa Argentina profunda, esa que sin embargo se encuentra en total desamparo y es
alcanzada únicamente en las diatribas indignas de promesas incumplidas, en los actos armados que le regalan a la Jefe de Estado, para demostrar que gobierna, cuando lo único que representa es una burda interpretación teatralizada de una función que es dirigida por su marido. y que ella permite, con tal de no perder protagonismo, que al fín y al cabo es lo que le interesa.
Con el correr de los días, la desesperación del gran manipulador, acusa trastornos más acentuados en los ya conocidos rasgos psicopatícos, y desde su bunker de Olivos, teje las telas enmarañadas, para mantener cautivos a los elegidos candidatos de las listas testimoniales, que ante la voz del amo, corren desorbitados a cumplir con los periplos de campaña, mientras la provincia de Buenos Aires arde y la crispación de los vecinos aumenta, el devenido gobernador Scioli, se sube a las tribunas para vomitar elogios a la pareja presidencial y anunciar mas mentiras referentes a la seguridad, obras e inversiones, en un territorio bonaerense hacinado y marginado por el delito, el alcohol, y el crecimiento galopante de la droga, que hace estragos en la población de niños y jóvenes, que nunca podrán incorporarse a una vida plena.
Estos mismos menores aparados por un justicia que no los beneficia, cometen sus delitos en contra de la sociedad, sin que nadie se ocupe de su existencia, y solo se van de boca para defenderlos cuando el problema no tiene solución y matan por matar, ese es el momento en que rasgándose las vestiduras los mismos funcionarios, estiman que hace falta una nueva ley de minoridad y la la baja en la edad de imputabilidad de los menores, pero esto se escucha ante algún delito que produce la crispación de la sociedad como el ocurrido en Valentín Alsina. Donde los funcionarios lejos de reconocer sus culpas las repartieron a uso y necesidad entre los más débiles, para lavar sus propios pecados, como así lo hizo el expresidente, que cargó contra la justicia y la policía, cuando durante su continua gestión de casi 6 años, nunca se interesó, ni le importó tema, pero en estas instancias de una posible candidatura
en la provincia de Buenos Aires y con torturada desesperación por triunfar, cueste lo que cueste y caiga quien caiga, se lo ve decidido, a sacrificar a quien deba para lograr su cometido.
También el jefe de gabinete Sergio Massa, crilló por las tribunas con su voz aflautada, anuncios para recuperar imagen ante una sociedad cada vez más harta de las figuritas repetidas, que saltan de un lugar para incursionar en otro, si le conviene al presidente de facto. Total los ciudadanos se encuentran ocupados en la selva de cemento sorteando la muerte, viajando como ganado, excluidos por la justicia e ignorados por los que votaron para representarlos.
Pero nunca es tarde para cambiar y reflexionar, aunque el manipulador tienda la trampa, el 28 de junio el ciudadano tendrá la última palabra.
Autor: Susana Sechi
Directoria de La Historia Paralela
Email: susanasechi@gmail.com
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