Infoxicación, que entendemos por tal
Alfons -
En su momento tuve el atrevimiento de definir un neologismo que ha tenido cierto éxito: infoxicación. La palabra surgía para definir la situación de exceso informacional, de intoxicación informacional, en la que tienes más información para procesar de la que humanamente puedes, y, como consecuencia, surge la ansiedad (algo que se ha denominado técnicamente information fatigue syndrome). En inglés el término es information overload (sobrecarga informacional). Pues bien, la infoxicación es ya un problema de nuestra sociedad y, por tanto, también una gran fuente de oportunidades. Cuando definí el término, Google no existía. El spam era, quizás, una predicción de algún visionario al que nadie hizo caso. La situación es hoy peor de lo que podíamos imaginar.
El ancho de banda, en términos genéricos de cantidad de información que recibes por unidad de tiempo, no para, y no parará, de crecer. Los estímulos que recibiremos en forma de mail, audio, video, teléfono, mensajería instantánea, etc., crecen descontroladamente. Es cada vez más barato enviar un bit a donde sea. Pero la variable humana informacionalmente crítica, que es la atención, es justamente la opuesta del ancho de banda: la cantidad de tiempo que podemos dedicar a cada input es cada vez menor, porque debemos repartir la cantidad finita de tiempo del que disponemos a más y más elementos de información. Nuestra atención es ?el? recurso escaso.
Hay que diseñar instrumentos para reducir el ruido informacional que recibimos, y de aumentar la productividad del tiempo de atención de que disponemos. De hecho, ya tenemos herramientas para hacerlo, pero no las usamos debidamente. Por ejemplo, uno puede usar los lectores de feed para recibir automáticamente lo que se va publicando en las páginas que nos interesan, sin necesidad de acudir a ellas, en una evolución de gran calado desde los mass media (medios de masa) a los my media (mis medios). Pero el problema es ser selectivo a la hora de suscribirse a qué espacios.
Pero el punto crítico está, en mi opinión, en comunicar más eficientemente. En sintetizar el mensaje, en presentarlo de forma atractiva, en combinar textos e imágenes y cualquier otro formato que le de riqueza y facilite su comprensión. En explicar historias más que en dar datos. En sintonizar lo que quieres comunicar con el momento de atención del receptor; o sea, en saber encontrar cuándo éste está en el mejor estado de ánimo para poder digerir (metabolizar) la información que se le da. Presentar la información en una dieta informacional que sea útil y emocionante (es información lo que sorprende, no lo que ya sabemos). Porque la información que llega sin criterio o sin pasión, es ruido. Y el ruido molesta.
Some time ago I was bold enough to coin a new term in Spanish which has enjoyed a certain degree of success: infoxicación. I invented this word -whose literal equivalent in English would be \'infoxication\'- to describe information overload, or information intoxication, i.e. when you have more information to process than is humanly possible and suffer anxiety as a result. The technical term is information fatigue syndrome. \'Infoxication\' is now a very real problem in our society - although this also makes it a great source of opportunities. When I coined the term, Google did not yet exist. Spam was still just an idea in the head of some ignored visionary. The situation today is far worse than we could ever have imagined.
In terms of the quantity of information you receive per second, broadband just keeps on getting fatter and fatter. We are constantly bombarded by stimuli from emails, audio recordings, videos, telephones and text messages. It is getting easier and easier to send a byte wherever you like. However the critical human information parameter, attention, is the complete opposite of broadband: the amount of time we can devote to each input is getting less and less, because we have to divide the finite amount of time we have available among more and more information components. It is our attention that is in short supply.
We need to design tools to cut down the information noise we receive and make our attention time more productive. In fact, we already have tools to do this, but we don\'t use them properly. For example, we can use RSS feeds to automatically receive updates from websites of interest to us without having to visit them. This is a far-reaching evolution from mass media to my media. The trouble is being selective enough when signing up for these services.
In my opinion, the critical issue is communicating more effectively. It is about synthesising the message and presenting it more attractively, combining text and images and any other format that enriches it and aids comprehension. Telling stories rather than giving information. Matching what you want to communicate with the attention time of the person receiving it, i.e. knowing when to catch them when they are in the best frame of mind to digest the information being sent. Presenting information in a handy, appetising diet, since it is fresh information that surprises us, not what we already know. Because information that arrives with no criteria or interest is simply noise. Irritating noise.
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Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
Diplomado en "Gestión del Conocimiento" de la ONU
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