Javier Albisu
París, 3 abr (EFE).- Los candidatos a los próximos comicios presidenciales en Francia intentan arañar popularidad acercándose a famosos artistas, deportistas o intelectuales, como el actor Gérard Depardieu o el tenista Yannick Noah, en el afán de que les ayuden a cosechar votos.
El ejemplo por antonomasia es Carla Bruni, la exmodelo, cantante y primera dama que se ha puesto al servicio de la campaña de su marido, el conservador Nicolas Sarkozy, para renovar otros cinco años en el Palacio del Elíseo en las elecciones presidenciales, cuya primera vuelta se celebrará en abril próximo y la segunda en mayo.
"Sus ideas son fabulosas, muy sólidas" y "le apoyo al cien por cien", declaraba recientemente Bruni sobre el padre de su bebé Giulia, en línea con la multiplicación de gestos públicos de cariño que últimamente le dedica a su esposo.
Bruni, que no hace tanto simpatizaba con la izquierda, no es el único aval del presidente saliente, que cuenta también con el aliento del actor Gérard Depardieu, otrora próximo al Partido Comunista.
El cambio de rumbo del "Obélix" o "Cyrano de Bergerac" es la contrapartida por la ayuda de Sarkozy en algunos de sus negocios en el extranjero, según confesó Depardieu al semanario "Le Canard Enchainé".
La información fue tajantemente desmentida por Sarkozy, al que también apoyan el rockero Johnny Hallyday, la esposa de Roman Polanski y actriz Emmanuelle Seigner, los actores Jean Reno y Christian Clavier (el "Asterix" que acompañaba a Depardieu), los cantantes Enrico Macias y Mireille Mathieu, el expiloto Alain Prost o el exciclista Richard Virenque.
Se trata de una lista tímidamente nutrida que, según explicó a Efe el experto en opinión pública de la universidad de Science-Po de París, Daniel Boy, responde a una mayor "prudencia" de los artistas a la hora de asociarse a un político "cuyo balance presidencial ha sido muy contestado, incluso entre aquellos que le votaron en 2007".
Para el director de política de la revista "Paris Match", Ludovic Vigogne, la presencia de los "famosos" en esta ocasión es menor que en la campaña electoral de 2007.
En parte, porque algunos que apoyaron a Sarkozy "lo pagaron caro" y tuvieron "dificultades en sus carreras", como el cantante Faudel. Pero también porque en tiempos de apuros económicos, los políticos no se desviven por asociarse a la imagen "frívola" del mundo de la farándula, según opinó.
El gran rival de Sarkozy, el socialista François Hollande, también cuenta con su propio elenco de apoyos de relevancia mediática.
Entre ellos, el de Yannick Noah, último ganador francés de Roland Garros, reconvertido en exitoso cantante y en el encargado de poner música a la apertura del mitin con el que Hollande lanzó su campaña en enero.
El socialista cuenta además con el favor del músico Benjamin Biolay, del actor Denis Podalydès (el "Sarkozy" de la película "La conquête"), del diseñador Christian Lacroix o del inspirador del movimiento de los "indignados", Stéphane Hessel.
La ultraderecha que encarna Marine Le Pen también tiene celebridades y dispone al servicio de su causa de la exactriz y musa erótica de los sesenta Brigitte Bardot, quien envió una carta manuscrita a un grupo de cargos públicos para que avalaran a la candidata del Frente Nacional.
Por su parte, el centrista del MoDem François Bayrou cuenta con la escritora Fred Vargas como incondicional más notable, el músico Ridan apoya al izquierdista Jean-Luc Mélenchon, el cantautor Georges Moustaki cede su barbuda imagen al anticapitalista Philippe Poutou y la cantante Björk simpatiza con la ecologista Eva Joly.
Alianzas con las que las estrellas se juegan parte de su atractivo pues, según un sondeo de Harris Interactive, el 71 % de los franceses consideran que apoyar a un candidato es perjudicial para los artistas.
La misma encuesta indica que el 69% de los ciudadanos dice no dejarse influir por los famosos a la hora de votar, así que la demoscopia da la razón al célebre cómico Omar Sy, protagonista de la taquillera "Intouchables".
"Comprometerse públicamente con una vía política es una prisión. Perdería mi libertad", dice uno de los rostros más apreciados por un pueblo convocado a elegir a su próximo jefe de Estado. EFE