La campaña de Barack Obama de 2008 es considerada hasta el día de hoy como la campaña de marketing político electoral más exitosa a nivel mundial, ¿Porqué?, bueno, los números lo avalan:

  • 110.000 personas donaron fondos a la campaña de Obama. 
  • 750.000 voluntarios se movilizaron a través de Internet.
  • Recaudó 500 millones de dólares a través de la red.
  • 3 millones de personas adscritas a su página de Facebook. 
  • 2 millones a través de MyBarackObama.com (su propia red social) 
  • 200.000 eventos organizados por sus participantes.
  • 13 millones de direcciones de emails. 

¿Qué podemos observar en estos datos?

Podemos ver que la campaña de Obama no fue solo dedicada a emitir uno o varios mensajes repetitivamente (como se estila en México por parte de todos los partidos y candidatos) sino que más allá de ser un medio por el cual se difundieron las propuestas se utilizo Internet como un medio por el cual poder captar fondos para la campaña, encontrar y coordinar a voluntarios,  coordinar y difundir los eventos de campaña, etc., es decir el trabajo fue mucho más lejos de lo que se acostumbra en nuestro país.

Las diferencias entre el modo de hacer marketing político electoral 2.0 en Estados Unidos y México son abismales, las campañas 2.0 en nuestro país reflejan la misma calidad de las campañas en medios tradicionales.

Nuestra clase política no ha entendido las diferencias entre una campaña en medios tradicionales y las redes sociales, de eso hablare en otra entrada de mi blog.

El ciberactivismo en México es prácticamente inexistente, uno puede encontrar perfiles creados ex profeso para difundir las actividades, mensajes o posturas de un candidato, cuando uno revisa su time line, podemos darnos cuenta de que todos o casi todos los mensajes son para apoyar a su candidato o atacar a la oposición, de ahí que el valor real de twitts a favor o en contra de un determinado actor político no es representativo en un momento dado, y mucho menos es así cuando esta una elección de por medio.

Los perfiles denominados "trolls" que apoyan a los candidatos tratan de hacernos creer que son parte del ciberactivismo, cosa más que alejada de la realidad, como lo mencione en una anterior entrada de mi blog:

El ciberactivismo puede ser definido como toda estrategia que persigue el cambio en la agenda pública mediante la difusión de un determinado mensaje y su propagación a través del boca en boca multiplicado por los medios de comunicación y publicación electrónica personal.  El buen aprovechamiento y manejo del ciberactivismo puede hacer que una campaña política en Internet sea la punta de lanza para la campaña en la vida real.

Desgraciadamente los "trolls" de los diferentes partidos en la red se dedican a denostar más al oponente político que a tratar de influir y propagar un mensaje positivo para la sociedad en su conjunto, es decir hasta el día de hoy utilizan las redes sociales como un medio para destruir más que para construir.

Lo más lamentable de todo esto es que los equipos de campaña de los diferentes partidos políticos que participan en las elecciones les pagan a sus "asesores" en redes sociales para hacer lo anterior, de ahí que cuando uno monitorea la red encuentra todo menos el mensaje positivo de los candidatos, esto aunado a que todo lo que los presidenciales dicen en los eventos de campaña parecen frases hechas y buenas intenciones nos da como resultado que las campañas 2.0 en las elecciones de México del 2012 son todo menos campañas políticas que nos comuniquen propuestas y soluciones viables que ataquen los problemas de fondo que enfrenta el país.

También no se puede dejar pasar el hecho de que las campañas 2.0 por parte de los equipos de los candidatos presidenciales son utilizadas de manera unidireccional, no les interesa la opinión del electorado, muy pocas veces contestan a alguien y solo es así cuando los alaban, por su parte los "trolls" de los principales partidos hacen lo mismo y solo dan RT cuando otras cuentas ayudan a atacar al oponente político.

Las campañas 2.0 no son utilizadas en México para coordinar eventos, captar voluntarios ni siquiera para generar simpatías hacia un candidato, (ya ni decir que tengan su propia red social), son utilizadas como un medio más de la guerra sucia, al final nos quedamos con la idea de que los usuarios "reales" de las redes sociales tienen que elegir entre el que menos mierda tenga en el chiquero.

Seguramente si los estudiosos sobre el tema en Estados Unidos vieran la "calidad" de nuestras campañas 2.0 se morirían de la risa, desgraciadamente en México las campañas 2.0 no son ni de lejos parecidas a las de los vecinos del norte, falta mucho aprendizaje por parte de los equipos de los candidatos, están aun en pañales.