La enigmática mujer que entregó al menos dos casos de adopciones ilegales.
Foto: Gentileza "Nosotros sabemos que esa mujer se llamaría Ruth pero tenemos dudas de los apellidos, nos han dicho que sería Chía o que también podría ser Hernández, Fernández o algo así", afirma Priscila Rojas, sobre la misteriosa mujer que la entregó a sus padres adoptivos en 1982 y que hoy aparece como una de las involucradas claves en diversas adopciones ilegales ocurrida en las décadas de los 70 y 80'.
Priscila, casada, sabe desde los 17 años que es adoptada ytras leer en TERRA.cl la historia de adopción ilegal de Sylvia Hernández -y quien desde Alemania busca rearmar el puzle de su vida- quedó sorprendida con la enorme cantidad de similitudes que unían sus vidas, "me llamó mucho la atención pues son casos muy parecidos con Sylvia y ella también fue entregada por una asistente social en una casa particular, lo que es igual a lo que pasó conmigo, según lo que me comentó mi papá".
Priscila Rojas en la actualidad tiene 32 años y busca a su madre biológica.
Foto: Gentileza La mujer de 32 años, relata parte de su historia de forma exclusiva a TERRA.cl, "nosotros vivíamos en San Bernardo ynací –supuestamente- el 22 de enero de 1982, pero me inscribieron recién en julio del 85, o sea tres años después, igual que lo que le pasó a Sylvia. Yo les pregunté por qué tanto tiempo después y ellos me dijeron que por el exceso de trabajo no lo habían hecho antes", recuerda.
"Yo siempre sospeché que era adoptada. Era algo muy extraño pues cuando veía reportajes de adopción siempre me imaginé que podía serlo, y a pesar de que mis papás me querían mucho, habían cosas que yo me imaginaba y que no encajaban", señala Rojas.
Priscila recuerda que continuamente le consultaba a sus padres si era adoptada: "Ellos me lo negaban pero cuando tenía 17 años me pidieron un certificado de nacimiento en el colegio y justo estaba enferma, entonces lo mandé con unos compañeros y ahí se dieron cuenta delas fechas extrañas y me comenzaron a preguntar más del tema, pues yo ya les había comentado que tenía esa idea en la cabeza".
Priscila Rojas en brazos de la mujer que la entregó en adopción de forma irregular.
Foto: Gentileza Rojas, luego de eso confrontó a sus padres y les preguntó el por qué de la diferencia de fechas, "ellos me dijeron que por los negocios de los abuelos no habían tenido tiempo, en eso mi mamá explotó y pidió que me contaran la verdad. Ahí mi papá la hizo callar y finalmente me contó que me habían ido a buscar a una casa pero nunca más se tocó el tema", recuerda.
"Hace poco más de un mes una persona me ayudó a conseguir el acta del Registro Civil, cuando me inscribieron y el certificado de parto y ahí sale que mi mamá "adoptiva" fue quien me tuvo pero está 'sin asistencia medica', sin matrona y dice -según la especificación del certificado- que es el ítem 3, es decir "otros" lo que no es casa, ni hospital", afirma Rojas.
En el documento además se lee como dirección de inscripción la calle O'Higgins número 04, lo que según Google corresponde al Hospital Parroquial de San Bernardo, y el que ella define como un lugar cercano a su -entonces- casa familiar en el paradero 37 de Gran Avenida.
Otro detalle de los documentos es que ambos vienen escritos con la misma letra y una diferencia "oficial" de tres años lo que da a entender que fueron escritos al mismo tiempo en una nueva y extraña irregularidad.
La búsqueda de información no ha sido fácil para ninguno de estos casos, "mi madre falleció hace siete años y mi papá está como bloqueado, no quiere o no puede recordar. Le he ido sonsacando cosas pero no mucho. Solamente y al igual que Sylvia me comentó que me fueron a buscar a una casa del barrio alto pero tampoco se acuerda de la dirección de la casa", afirma.
"Él me dijo que a través de un médico llegaron a esa "asistente social" pero tampoco se acuerda del nombre del médico y solo me dice "seguramente ya debe estar muerto", pero cuando le pregunto por el nombre me dice que no se acuerda", señala con con frustración Rojas.
"Con esa mujer existían visitas habituales hasta los tres años y recién luego de eso se inscribían los bebés como hijos y según lo que me contó mi padre, ella aseguró que se quemaban todos los papeles y registros para que los padres biológicos no buscaran a sus hijos", relata Priscila Rojas, planteando aún más incertidumbres ante la irregularidad de estas adopciones.
Consultada por TERRA.cl sobre la posibilidad de un pago por conseguir niños en adopción, la mujer afirma que eso fue un tema de conversación con su padre. "Mi papá me dijo que nunca hubo pago de por medio, pero la verdad a esta altura ya da para cualquier cosa", afirma resignada.
Sylvia Hernández Herrera vive hoy en Munich y desde allá busca saber la verdad sobre su adopción.
Foto: Gentileza La similitud con el caso de Sylvia Hernández es potente y el nombre de Ruth se repite en el relato de la chilena desde Alemania, "yo le pregunté a una tía y me dijo que el nombre era Ruth Chía y que la mujer de la foto es muy similar a la persona que me entregó a mis padres adoptivos en 1971. La única diferencia es que esa mujer sería rubia pero claramente la mujer de la foto parece utilizar una especie de peluca", señala Hernández, quien lamenta la "amnesia temporal" que sufren todos quienes guardan información sobre estos casos. "Tiempo despuésvolví a preguntar y me dijeron que no estaban seguros de nada", señala acongojada mientras agrega que el patrón de las visitas de esta 'asistente social' y la extraña inscripción posterior también se repitió en su caso.
Por su parte, Priscila Rojas es clara en sus motivos para emprender esta búsqueda, "mi papá es mi vida y mi mamá lo era igual, a pesar de como fueron las cosasellos me dieron todo su amor y cariño, esto es solamente para cerrar un círculo que -aunque suene repetitivo- es para que esta persona que me tuvo sepa que no hay rencor. Las cosas son como son y no las podemos cambiar, ella debe haber sido muy valiente ya que no me abortó y optó por la vida. Hoy solo quiero decirle que estoy bien, que tengo un buen trabajo y una hermosa familia y si fue engañada tampoco hay que buscar culpables y con mayor razón decirle que 'estoy aquí' y decirle que para la fecha de mi cumpleaños me acuerdo más que nunca de ella", reflexiona emocionada.
"Hago esto tambien para saber la verdad, qué pasó realmente conmigo, si fue una adopción con consentimiento, si me vendieron o me robaron, etcétera, y es también para que se libere y yo me libere de esto. Es para que ambas podamos estar tranquilas, quizás no tengamos una relación con posterioridad pero nuestro corazón estará en paz y así podremos vivir nuestras vidas con plenitud, sin trabas, ni penas", finaliza.
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