Lodewijk Verdeyen, gerente general de E-CL, y la situación energética nacional:
"La discusión política y social tiene que hacerse fuera del entorno de un proyecto"
El ejecutivo considera que los privados no pueden liderar la discusión social, sino que debe ser el gobierno.
Por Miguel Bermeo Tapia
La mayor generadora del Sistema Interconectado del Norte Grande, E-CL -controlada por el grupo IP GDF Suez-, no ve tantos problemas en el sistema eléctrico, como si hay en el SIC, dice el gerente general de la firma, Lodewijk Verdeyen. "Hay más que suficiente capacidad instalada y aunque hay un fuerte crecimiento, existen sobre 600 MW que sobran en este momento, a gas, pero que en situaciones difíciles pueden despachar a diesel". Sin embargo, analiza la situación en el resto del país, indicando que el gobierno debería liderar la discusión energética.
-¿Comparte el sentimiento de la industria de que faltan señales claras desde el gobierno para el sector?
-No sé si son señales claras lo que uno necesita. Todos estamos aprendiendo los nuevos requerimientos. También para las eléctricas mismas es un proceso adaptarse a un nuevo entorno donde claramente los requerimientos ambientales y sociales son mucho más exigentes. Cuando hay proyectos que generan grandes impactos, se pueden retrasar o cancelar, pero el problema en el norte es menos grave que más al sur.
-Pero la demanda de una señal es clara. El almuerzo con el Presidente es una muestra…
-Lo que pasa es que, por ejemplo, en Brasil se licita un proyecto con permisos aprobados. El gobierno se encarga de obtenerlos. Nosotros soñamos con eso acá. Sería más fácil si el gobierno prepara el proyecto y cuando esté listo lo licita. Lo que pasa en Chile es que las eléctricas están tomando un rol en la discusión social que, normalmente, a un privado no le corresponde. Normalmente, un privado ve las circunstancia y cuando la población lo quiere y el gobierno también, hace su inversión y si no quieren, no hace su inversión. Pero acá todos estamos en un proceso en donde normalmente las empresas privadas no están. Hay una discusión en la sociedad donde otros han llevado a las eléctricas, pero una empresa eléctrica tiene un objetivo y es generar un retorno para sus accionistas.
-¿El gobierno ha fallado en ese punto, de quitarle esa presión a las eléctricas y asumirla ellos?
-No sé si han fallado. Lo que pasa es que todo se ha acelerado muy rápido. En los últimos cinco años este tema ha tomado por sorpresa a todos. No solamente el rol de las ONG, sino que también la resistencia local, la judicialización. Todo es nuevo. Necesitamos un proceso para adaptarnos, las eléctricas, el gobierno, todos.
-¿Qué rol debe jugar cada parte, gobierno y eléctricas?
-El gobierno tiene que liderar la discusión en la sociedad. Una empresa privada no puede ponerse como un gran socio en este tema, porque no ha sido elegida por un proceso democrático, tiene intereses involucrados. Entonces no es un buen socio en esta discusión.
-¿Eso ha faltado hasta ahora?
-Es por el sistema que tenemos en Chile. Aparentemente para la opinión pública las empresas quieren absolutamente hacer su proyecto y quieren imponer su opinión a la sociedad. Por ejemplo, lo que pasó en Barrancones fue porque había una petición del gobierno, de la sociedad alrededor, y se retiró. Infelizmente eso pasó muy tarde, cuando ya se había gastado mucho dinero.
Es por esto que la discusión política y social tiene que hacerse fuera del entorno de un proyecto. La gente elige un gobierno y piensa que va a representar los intereses de la sociedad y el gobierno debe dar una forma a este debate público y después, quizás, tomar ciertas decisiones en contra de ciertos minoritarios.
-¿Cuál es el riesgo en ello?
-Al final hay un gran riesgo de que algunos minoritarios secuestren la opinión que finalmente vaya en contra del desarrollo. Un país que tiene un alto nivel de ingreso y tiene poca pobreza, puede quizás, aceptar que no haya mayor desarrollo económico en el futuro. En Chile, en mi opinión, hay que dar grandes pasos en favor del desarrollo económico.
Nuevas inversiones
-¿Bajo este escenario sus decisiones de inversiones han permanecido o se han ralentizado?
-Nosotros estamos un poco atrasados, pero la única razón es que nuestros clientes están tomando sus proyectos con más calma. Y como no hay emergencia en el norte, tampoco nos sentimos tan apurados para hacer cosas. Esperamos las decisiones de los clientes y si quieren contratar energía con nosotros, estamos listos para armar y echar a andar el proyecto.
-¿Cómo evalúa la interconexión que podría lanzar el gobierno el próximo año?
-Pienso que podría estar muchísimo más rápido. No es un proyecto que tome tantos años. Hay dos grandes tema en eso: quién pagará, pues claramente será una inversión bastante cara; y segundo, quién va a aprovecharse más de eso. En este momento, el norte no necesita más energía, hay suficiente. Falta energía en el norte chico, y ellos podrían aprovecharse.
-Entonces ustedes también ganarían enviando hacia esa zona…
-También, pero igual deberíamos hacer proyectos porque tanta energía no sobra y para ser competitivos uno debe ofrecer un mix de gas, carbón y hoy no hay carbón disponible.
-Y aparte de Infraestructura Energética, ¿están viendo otros grandes proyectos?
-Tenemos uno aprobado, para hacer un ciclo combinado en Coloso, donde llega el gaseoducto también y podría consumir gas importado de GNL. Si hay demanda de clientes, se podría reactivar, pero hoy estamos esperando lo que quieren los clientes. Pero en este momento, no hay demanda. Si se hace la interconexión, podría tener sentido.
La mayor generadora del Sistema Interconectado del Norte Grande, E-CL -controlada por el grupo IP GDF Suez-, no ve tantos problemas en el sistema eléctrico, como si hay en el SIC, dice el gerente general de la firma, Lodewijk Verdeyen. "Hay más que suficiente capacidad instalada y aunque hay un fuerte crecimiento, existen sobre 600 MW que sobran en este momento, a gas, pero que en situaciones difíciles pueden despachar a diesel". Sin embargo, analiza la situación en el resto del país, indicando que el gobierno debería liderar la discusión energética.
-¿Comparte el sentimiento de la industria de que faltan señales claras desde el gobierno para el sector?
-No sé si son señales claras lo que uno necesita. Todos estamos aprendiendo los nuevos requerimientos. También para las eléctricas mismas es un proceso adaptarse a un nuevo entorno donde claramente los requerimientos ambientales y sociales son mucho más exigentes. Cuando hay proyectos que generan grandes impactos, se pueden retrasar o cancelar, pero el problema en el norte es menos grave que más al sur.
-Pero la demanda de una señal es clara. El almuerzo con el Presidente es una muestra…
-Lo que pasa es que, por ejemplo, en Brasil se licita un proyecto con permisos aprobados. El gobierno se encarga de obtenerlos. Nosotros soñamos con eso acá. Sería más fácil si el gobierno prepara el proyecto y cuando esté listo lo licita. Lo que pasa en Chile es que las eléctricas están tomando un rol en la discusión social que, normalmente, a un privado no le corresponde. Normalmente, un privado ve las circunstancia y cuando la población lo quiere y el gobierno también, hace su inversión y si no quieren, no hace su inversión. Pero acá todos estamos en un proceso en donde normalmente las empresas privadas no están. Hay una discusión en la sociedad donde otros han llevado a las eléctricas, pero una empresa eléctrica tiene un objetivo y es generar un retorno para sus accionistas.
-¿El gobierno ha fallado en ese punto, de quitarle esa presión a las eléctricas y asumirla ellos?
-No sé si han fallado. Lo que pasa es que todo se ha acelerado muy rápido. En los últimos cinco años este tema ha tomado por sorpresa a todos. No solamente el rol de las ONG, sino que también la resistencia local, la judicialización. Todo es nuevo. Necesitamos un proceso para adaptarnos, las eléctricas, el gobierno, todos.
-¿Qué rol debe jugar cada parte, gobierno y eléctricas?
-El gobierno tiene que liderar la discusión en la sociedad. Una empresa privada no puede ponerse como un gran socio en este tema, porque no ha sido elegida por un proceso democrático, tiene intereses involucrados. Entonces no es un buen socio en esta discusión.
-¿Eso ha faltado hasta ahora?
-Es por el sistema que tenemos en Chile. Aparentemente para la opinión pública las empresas quieren absolutamente hacer su proyecto y quieren imponer su opinión a la sociedad. Por ejemplo, lo que pasó en Barrancones fue porque había una petición del gobierno, de la sociedad alrededor, y se retiró. Infelizmente eso pasó muy tarde, cuando ya se había gastado mucho dinero.
Es por esto que la discusión política y social tiene que hacerse fuera del entorno de un proyecto. La gente elige un gobierno y piensa que va a representar los intereses de la sociedad y el gobierno debe dar una forma a este debate público y después, quizás, tomar ciertas decisiones en contra de ciertos minoritarios.
-¿Cuál es el riesgo en ello?
-Al final hay un gran riesgo de que algunos minoritarios secuestren la opinión que finalmente vaya en contra del desarrollo. Un país que tiene un alto nivel de ingreso y tiene poca pobreza, puede quizás, aceptar que no haya mayor desarrollo económico en el futuro. En Chile, en mi opinión, hay que dar grandes pasos en favor del desarrollo económico.
Nuevas inversiones
-¿Bajo este escenario sus decisiones de inversiones han permanecido o se han ralentizado?
-Nosotros estamos un poco atrasados, pero la única razón es que nuestros clientes están tomando sus proyectos con más calma. Y como no hay emergencia en el norte, tampoco nos sentimos tan apurados para hacer cosas. Esperamos las decisiones de los clientes y si quieren contratar energía con nosotros, estamos listos para armar y echar a andar el proyecto.
-¿Cómo evalúa la interconexión que podría lanzar el gobierno el próximo año?
-Pienso que podría estar muchísimo más rápido. No es un proyecto que tome tantos años. Hay dos grandes tema en eso: quién pagará, pues claramente será una inversión bastante cara; y segundo, quién va a aprovecharse más de eso. En este momento, el norte no necesita más energía, hay suficiente. Falta energía en el norte chico, y ellos podrían aprovecharse.
-Entonces ustedes también ganarían enviando hacia esa zona…
-También, pero igual deberíamos hacer proyectos porque tanta energía no sobra y para ser competitivos uno debe ofrecer un mix de gas, carbón y hoy no hay carbón disponible.
-Y aparte de Infraestructura Energética, ¿están viendo otros grandes proyectos?
-Tenemos uno aprobado, para hacer un ciclo combinado en Coloso, donde llega el gaseoducto también y podría consumir gas importado de GNL. Si hay demanda de clientes, se podría reactivar, pero hoy estamos esperando lo que quieren los clientes. Pero en este momento, no hay demanda. Si se hace la interconexión, podría tener sentido.
Fuente:
Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
Diplomado en "Gestión del Conocimiento" de la ONU
Diplomado en Gerencia en Administracion Publica ONU
Diplomado en Coaching Ejecutivo ONU(
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