Privilegios en puestos y becas
Los apitutados de siempre
El salto de fila de Sebastián Piñera en el aeropuerto hizo recordar otros saltos que amigos y parientes han dado por ser hijos o amigos de algún destacado político. Porque como todos saben, una buena red de contactos a veces es más útil a la hora de obtener ventajas que toda una vida de brillante desempeño.
Por Claudia Urquieta Ch.
La ayuda que tuvo Sebastián Piñera para no tener que esperar en la fila del aeropuerto, en medio del paro de los funcionarios, indignó a los pasajeros que sí estuvieron horas de pie. No eran dueños de una línea aérea ni un candidato presidencial.
Echar mano de los contactos y pitutos políticos para saltarse los pasos y trámites que el común de los mortales tiene que hacer, es un "camino alternativo", como bien señaló el candidato de la Alianza al dar sus excusas ante las cámaras.
Estos son algunos casos para recordar:
Sebastián Dávalos, hijo de la presidenta Michelle Bachelet, entró a hacer la práctica a la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales (DIRECON) en 2005, cuando su madre era precandidata presidencial y lideraba las encuestas. Como explicaba en 2007 el cientista político Patricio Navia en una columna, a diferencia de la mayoría de los alumnos de ciencia política en Chile, Dávalos recibía un sueldo de 250 mil pesos. Además se quedó trabajando allí pocos meses antes de que su madre fuera Presidenta, a pesar de que "fue un alumno mediocre en una universidad poco exigente".
"Como profesor de ciencia política en la Universidad Diego Portales-señalaba Navia-, puedo atestiguar con seriedad que Dávalos recibió un trato especial en DIRECON precisamente por ser hijo de la candidata presidencial de la Concertación. Si se hubiera llamado Sebastián Pérez González y no fuera hijo de nadie, jamás hubiera entrado a hacer la práctica en DIRECON y mucho menos estaría trabajando ahí ahora. En cambio, le pasaría lo mismo que a la mayoría de los titulados de administración pública y ciencia política de la Universidad Central. Pegas malas, cuando hay pega. Claro, hay excepciones, otros igualmente apitutados que Dávalos Bachelet".
Otro favor especial lo tuvo Cecilia Frei. A fines de los 90 su esposo, el periodista Felipe Gertdzen, fue a España con una beca y la hija del entonces Presidente, Eduardo Frei, lo acompañó.
Allí, y según explicó su propio padre cuando le preguntaron por el caso, ella hizo un curso de fiscal pero sin beca, lo que significaba que el hijo que esperaba nacería apátrida. Para evitar eso, le solicitó al canciller de la época y actual jefe de la OEA, José Miguel Insulza, que buscara una fórmula para solucionar el asunto.
Y así lo hizo: autorizó la designación de Cecilia Frei de "adicto civil ad hoc" de la embajada en España. El cargo es honorífico y se entrega como premio por la contribución a las relaciones entre Chile y el país en que vive el designado. Este nombramiento le permitió a la familia Gertdzen-Frei ahorrarse los trámites legales para obtener la nacionalidad chilena para su hijo.
Un lujo que otros miles de chilenos apátridas no pudieron darse. Pero Cecilia Frei no fue el único hijo de presidente que contó con este beneficio: en los '80 Marco Antonio Pinochet fue adicto civil de la embajada de Chile en Washington, mientras era embajador Hernán Felipe Errázuriz.
Becados apitutados
A Ricardo Lagos Weber le tomó más de 15 años titularse en Ciencias Jurídicas. No fue un alumno brillante y egresó en 1985 con un promedio acumulado de 5,02. En su examen de grado obtuvo un 4,0.
En 1990 y luego de haber realizado un Magíster en Desarrollo Económico en la Universidad Sussex (Inglaterra), Lagos Weber postuló a la Beca Presidente de la República para realizar un doctorado en Cambridge. El ex ministro Secretario General de Gobierno obtuvo la beca mientras su padre era ministro de Educación, y regresó a Chile en 1995, pero hasta hoy tiene pendiente la presentación de la tesis.
Otro caso: la asistente social y esposa del periodista Javier Insulza, hijo de José Miguel Insulza, Claudia Hernández, obtuvo una beca Presidente de la República en 2005 para estudiar Administración en la Universidad Castilla de La Mancha, en España.
Su beca fue de tres años, período que se inició a fines de 2005. Durante ese lapso aparecía en la nómina de funcionarios a contrata de la Subsecretaría del Interior, contratada como experta, con grado 5 de remuneración. En Madrid vivía en un piso amoblado del exclusivo barrio de Salamanca, cerca de Chueca, en cuyo living destacaba un gran retrato del matrimonio, sonrientes junto a Michelle Bachelet.
Consultada al respecto, Hernández señala que "el estatuto administrativo establece que funcionarios públicos pueden acceder a mantener su cargo y el sueldo al hacer estudios en el extranjero, porque se va en calidad de comisión de servicio e incluye a los funcionarios que obtienen la Beca Presidente de la República, siempre que cuenten con la aprobación del ministerio".
"Se puede mantener la comisión de servicio hasta cinco años y yo estuve tres. Estuve a finales de 2005 en octubre y volví el 2008. Hoy me desempeño como una funcionaria más, me cambiaron de funciones por haberme ido a estudiar. No soy la única. Me gané la beca, postulé al patrocinio del ministerio, lo acogió y estaba todo en regla. No tiene nada que ver con que me haya casado con Javier Insulza".