opinión
"Progresismo o regresismo"
Es imposible sustraernos a la idea referida a que los pueblos tienen los gobiernos "que pueden",… en reemplazo de aquella tan mentada que "tienen los que se merecen",… la que – quiérase o no – culpabiliza a la víctima.
Los pueblos tienen los gobiernos que pueden no solo porque sus decisiones aún siendo muy concretas, responden a objetivos inmediatos y cercanos, sino porque por lo mismo son carentes de la visión de largo plazo.
Y no es la cuestión de remitirnos simplemente a las "preferencias agregadas" que supone la Teoría del Social Choice, sino que entiendo que se trata de un fenómeno más complejo. Siempre y aún agravado en nuestros tiempos por la idea de inmediatez,.. de obtener beneficios próximos y cercanos,.. de mantener cierto grado de certidumbre, en un mundo cada vez más acosado por su opuesto y en el que no nos es preferible vivir.
La vida por si misma nos ofrece las oportunidades de crecimiento y desarrollo precisamente en las diferencias,… la tolerancia y en saber elegir lo mejor – aún en el marco de lo no deseado – en circunstancias que pueden no resultar lo mejor que esperamos.
Sin embargo y en esto creo que existen factores culturales: nos es preferible la certeza o cuando menos la menor incertidumbre. Preferimos acostumbrarnos y acceder a menores condiciones de vida digna, a cambio y siempre y cuando se nos asegure – o prometa – algo que nos permita perdurar y alcanzar aunque sean objetivos menores,… tangibles y cercanos.
¿Cuál es el límite de esas preferencias?,.. siempre esos límites son diferentes para cada uno. Algunos que nunca han tenido nada podrán ser satisfechos con poca cosa,.. otros seguramente tendrán más herramientas para defenderse y no aceptarán sino mejores condiciones, incluso aquellas que les permita acceso a bienes que no resultarían para otros imprescindibles. Tal como los individuos: las preferencias y la aceptabilidad de cada uno son diferentes.
Sin embargo en esta sociedad en que nos ha tocado vivir se da la paradoja de recursos escasos para satisfacer necesidades que pueden llegar a ser ilimitadas – y lo son, porque muchos viven en condiciones de indignidad – o por lo menos no son suficientes para satisfacer a todos en la misma medida. Cuestión que se intenta resolver desde un falso discurso político "igualitarista", ya que solo somos iguales – o deberíamos serlo – ante la ley,.. debiéndose comprender que en todo lo demás somos diferentes: capacidades, intereses, expectativas, posibilidades y preferencias. Y que de esa diversidad y diferencias surge la riqueza del conjunto social, pues unos aprenden de otros y estos de aquellos, posibilitándose el enriquecimiento mutuo y permitiendo que nuestros nietos superen a nuestros hijos y estos a nosotros, lo que solo puede darse en una sociedad permite la movilidad en función de las capacidades, crece en libertad, respeta la propiedad (que es también respetar los contratos) y permite a cada uno la búsqueda de su propio proyecto de vida.
Sin embargo vivimos en una sociedad que de una manera u otra ha incorporado la idea del "igualitarismo". Probablemente desde la Revolución Francesa que mantuvo sus no respetados paradigmas de "Libertad, Igualdad y Fraternidad", ya que cada uno se creyó portador de la "la verdad" y los intereses del conjunto.
Ni somos iguales (salvo – como debería serlo – ante Ley), ni somos libres, ni somos fraternos. Tal como los mismos revolucionarios franceses se encargaron de demostrar, creyendo encarnar cada uno la voluntad del pueblo y en su nombre aniquilar a quienes pensaban diferente (incluyendo sus propios compañeros de empresa). Baste recordar las noches del terror de Robespierre (que no fueron las únicas formas de persecución, ni las menos sangrientas). Y esas conductas de intolerancia se han extendido hasta nuestros días.
A pesar de la influencia de la revolución americana y de la asunción de sus valores por los fundadores de nuestra patria (en especial la generación del ´37), también nosotros provenimos de una larga tradición de enfrentamientos y aniquilamiento del adversario.
Nadie que piense de manera autónoma y no se adecue al discurso hegemónico del momento puede ser aceptado,.. ser discutido y aún aceptado en cuanto exprese algo de una verdad "diferente". Pero no es así: desde hace años quienes con discursos facilistas, que conforman a todos los que – de manera muy concreta – votan por su aparente bienestar próximo (ya que no tienen instrumentos como el jugador de ajedrez para adelantarse 20 o 30 jugadas en el "futuro mediato") y en los que los factores emocionales tienen un importante peso.
Y son aquellos que "los vendedores de ilusiones"[1] les hacen creer – el discurso hegemónico –que vivimos en un país maravilloso, integrado al mundo, al que los países desarrollados les solicitan sus "recetas magistrales" para poder salir de la crisis que los está hundiendo, donde la inflación es apenas la que se dibuja desde el INDEK, donde las libertades individuales están conculcadas (todo tipo de intervención es eso lo que logra), como la libertad de expresión es a su vez parte de un "relato" construido, como lo construirá a gusto del poder político el Instituto Nacional de Revisionismo Histórico "Manuel Dorrego", recientemente creado.
Cualquier referencia a las ideas sustentadas por el liberalismo – que pocos en estas circunstancias saben bien que es y mucho más por la tergiversación que se ha hecho del mismo –será identificado con lo retrógrado y cuasi abominablemente represor y por supuesto no incorporado al supuesto "progresismo". Parece olvidarse que cuando nuestra Patria fue grande cuando realmente "progresó" fue cuando las ideas de sus precursores (Alberdi, Sarmiento, Mitre, Echeverría, Avellaneda, entre otros[2]), fueron precisamente las que ahora serán señaladas como retrógradas
Desde J. Locke, D. Hume y otros grandes pensadores – así como después Montesquieu, Sieyès, Constant, A. de Tocqueville y muchos más – la idea de progreso: el "progresismo", se encontraba vinculado al desarrollo de la sociedad para lo que eran fundamentales las libertades individuales (inluyendo la libertad económica), el derecho a la vida y a la propiedad, así como es reconocido el derecho de cada quien a la búsqueda de su propia felicidad. Para ellos y que esto pudiera concretarse, la "separación e independencia de poderes" era fundamental.
Pero cuando en una sociedad el Leviatán se apodera de nombre de todos del poder absoluto, e identifica el "progresismo" con la "igualdad" (aunque ambos sean incompatibles, porque las "diferencias" no solo existen, sino que además inducen el crecimiento), entonces quienes se han apoderado del Estado – "vendedores de ilusiones la fin" – son capaces de intervenir en cada cuestión de la sociedad: las libertades, las relaciones entre los individuos y en su intervención más procaz pretender manipular las variables económicas, exacerbando su discurso populista: a medias nacionalista y a medias modernosamente socialista.
Es cuando no hay que ser un erudito para comprender que el pretendido "progresismo" se transforma en "regresismo". Más aún cuando conduce inexorablemente al descontrol de dichas variables (salvo cuando transitoriamente puedan responder a extorsiones patoteriles), lo que tarde o temprano vulnera las expectativas de la gente: con un refugio desesperado en cualquier activo, que proteja el fruto de su trabajo, del deterioro del poder adquisitivo de nuestra moneda y su innombrable correlato "la inflación".
¿Quiénes se ven perjudicados, sino la gente misma, frente a las medidas – proteccionistas – de control e imposición aduanera?, ¿Quiénes sino todos pagamos los subsidios – que ahora al final de la fiesta – comienzan necesariamente a recortarse?, ¿Quiénes son los que se perjudican cuando pagan sus impuestos para que los servicios que el Estado brinda no puedan calificarse más allá que mediocres?, ¿Quiénes son los más perjudicados por la inflación,… por el desaguisado de Aerolíneas Argentinas,.. por las pretensiones de los nóveles imberbes de La Cámpora,… por los reclamos de los sindicalistas que ponen en evidencia lo extemporáneo de las políticas económicas,… por la corrupción ya generalizada,.. por los manejos discrecionales del Régimen de Coparticipación Federal de Impuestos (para obtener la sumisión al poder central),… por la apropiación de los fondos de la ANSES,.. de los de la AFJP,…?
¿Cuántas cajas quedan para permitir un gasto público prebendario? ¿A cuántos más le echarán mano en el bolsillo para satisfacer las inagotables apetencias del gasto público?,…
No sería tan cuestionable si ese gasto fuera inteligentemente asignado, pero lamentablemente responde siempre a las apetencias personales de los intereses políticos de los gobernantes. Parece no entenderse que el "mercado asigna mejor".
¿Son suficientes acaso los aislados llamados a la cordura de ciudadanos sensatos y al diseño de un país que nos permita ser "progresistas" en base al crecimiento y al desarrollo del conjunto de la sociedad?, ¿puede ser que algún día nos incorporemos detrás de un proyecto que, además de desarrollarnos, nos permita sentirnos como una Nación, con algún grado de cohesión social, en vez de ser la sociedad fragmentada que hoy somos y que este gobierno se ha encargado en mantener?
O seguiremos permitiendo que los "vendedores de ilusiones", asalten el poder y dilapiden el patrimonio de quienes – pocos al fin para lo que el país podría – aportamos, para que los que nos administran lo despilfarren en sus propias apetencias: los votos!!
De esta forma los que se benefician son los que pueden mantener sus pautas culturales, víctimas de ser subsidiados por una vía – los que más necesitan – o por otra los socios del poder que acceden a esta suerte de "capitalismo de amigos",… socios,… conocidos,… intermediarios,…. que comparten el mismo espacio social y de poder. Y como el poder así administrado les sirve, pueden reírse en la intimidad, porque sucede que entre "bueyes no hay cornadas".
Esta asociación ilícita resulta temporalmente artificiosa. La supuesta mayoría de los votos puede hacer creer que se acompaña de la razón. Pero también puede esconder inesperadas sorpresas futuras, que con seguridad serán achacadas a los permanentes conspiradores contrarios al "modelo: progresista, distribucionista e igualitario".
Sin lugar a dudas la Teoría de Social Choice adolece de un problema: que - de la apatía racional - el votante se vuelve racional de "corto plazo" y carece de la posibilidad de ver que es a la larga presa de sus propias decisiones, al otorgarle un poder sin contrapesos al Leviatán.
La Sra. Presidente parece haberse dado cuenta de la endeblez del "modelo", sabe que debe lograr un país que "produzca" más y por un lado acusa a los industriales de que solo desean tener "rentabilidad". Parece desconocer que "solo a la rentabilidad responde la producción" y no a su voluntarismo político. Pero para ello el Estado solo debe intervenir ofreciendo reglas claras, esto es "seguridad jurídica" y libertad en los intercambios, sin interferencias distorsivas,.. a sabiendas que nuestros empresarios (salvo excepciones) no desean realmente "competir", lo que implica mucho riesgo, sino ser protegidos y/o subsidiados, lo que es mucho más cómodo y seguro.
Todo lo que este gobierno – con su "modelo" – se ha encargado de "profundizar".
Diciembre de 2011
Dr. Eduardo Filgueira Lima
Referencias:
[1] Expresión acuñada por J. Iacobbe
[2] López Göttig, R. "Los fundadores de la República". Fundación F. von Hayek (2011)
http://www.cepoliticosysociales-efl.blogspot.com
Fuente:
Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
Diplomado en "Gestión del Conocimiento" de la ONU
Diplomado en Gerencia en Administracion Publica ONU
Diplomado en Coaching Ejecutivo ONU(
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