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Rick Santorum, aspirante presidencial republicano. Mitt Romney llevaba la delantera en las contiendas celebradas el martes dentro de la carrera por la nominación presidencial republicana en Estados Unidos, en la que busca reforzar su dominio, pero parece poco probable que logre un golpe definitivo que obligue a sus rivales a renunciar a la competencia.
Rick Santorum, su más cercano rival, se imponía convincentemente en Oklahoma y Tennessee, mientras que la votación en Ohio, el mayor premio de la noche, era demasiado reñida como para anticipar un vencedor, aunque aparecía con una leve ventaja con el 58% de los votos escrutados.
Romney ganaba en Virginia, Vermont y en Massachusetts, como se esperaba, mientras 10 estados realizaban votaciones el Súper Martes, el mayor día de primarias y asambleas populares hasta la fecha en la campaña por la nominación presidencial del Partido Republicano.
Newt Gingrich triunfaba en su estado natal de Georgia, mientras los resultados de Dakota del Norte, Idaho y Alaska se esperan en las próximas horas.
En juego están 419 de los 1.144 delegados necesarios para definir quién será el contendor del presidente Barack Obama en las elecciones del 6 de noviembre de este año.
Toda la atención se concentra en Ohio, un estado tradicionalmente clave que puede tener un rol importante en la definición de la carrera republicana.
Sondeos a boca de urna mostraban que los votantes de Ohio consideran que Romney tiene más posibilidades de vencer a Obama, pero creen que Santorum es más cercano a las preocupaciones de los estadounidenses promedio.
Una victoria en Ohio y un buen desempeño en otros estados convertirían a Romney, ex gobernador de Massachusetts, en el favorito para ganar la nominación después de una batalla de meses, en la que ha sido desafiado por una serie de candidatos conservadores.
Incluso sin un triunfo en Ohio, su fortaleza en otros estados parece garantizar que ampliará su ventaja en la cantidad de delegados.
"Este es un proceso de reunir suficientes delegados para convertirse en nominado y creo que estamos en camino a lograr eso", dijo Romney después de votar en el pueblo de Belmont, Massachusetts.
Pero si el desempeño de Romney no cumple con las expectativas, podrían resurgir las dudas sobre su capacidad para conseguir la nominación mientras los republicanos continúan con sus batallas estado por estado para escoger a su nominado en su convención en agosto.
Romney, quien construyó una fortuna de al menos 200 millones de dólares como ejecutivo de empresas privadas, ha luchado por conectarse con los conservadores y los votantes de clase media y baja en una campaña que se ha concentrado en su carrera como empresario.
Santorum, un ex senador por Pensilvania, ha conseguido el apoyo de conservadores religiosos gracias a su oposición al matrimonio entre homosexuales y su postura frente a temas sociales complejos.
Sus controvertidos comentarios sobre el control de la natalidad y el papel de la religión han alejado a los votantes moderados, mientras Romney lo ha atacado con propaganda negativa.
En tanto, la estrategia del ex presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos Newt Gingrich de concentrarse en los estados del sur no rindió frutos en Tennessee y Oklahoma, pero prometió seguir en carrera después de su triunfo en Georgia.
"Hay muchas liebres corriendo, yo soy la tortuga. Doy un paso a la vez", dijo Gingrich.
Por su parte, Ron Paul, un congresista de Texas conocido por sus posturas liberales, espera lograr su primera victoria en Alaska.
En la últimas campañas presidenciales, las primarias y asambleas populares del Súper Martes habían resuelto la carrera republicana.
Pero si bien las votaciones de este año podrían establecer un orden claro entre los candidatos, la contienda probablemente se extenderá hasta abril o mayo bajo las nuevas reglas para atraer más votantes y entusiasmar a la gente.
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