Avila anuncia: Entregará datos a ministro en visita para que "complete la nómina y cuadre la caja" en el caso Mirage | | "Voy a aportarle elementos que podrían dirigir su investigación hacia un ámbito que no ha explorado. El va a necesitar pistas más específicas", dice el senador y primer denunciante del caso desde La Habana.
| | Por Claudia del Solar Desde La Habana
Desde que el Senado no le permitió intervenir en la sesión especial del «caso Mirage» a través de una videoconferencia -estaba en Brasil- el senador radical Nelson Avila ha masticado la frustración que siente desde 1997, cuando denunció ante el Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial, sin ningún resultado, las irregularidades en la compra de los polémicos aviones. "Esta ha sido una de las transacciones más onerosas para el Estado chileno. Los belgas nos vendieron aviones de segunda mano y compraron servidores públicos de primera línea", asegura.
Desde La Habana, donde fue invitado como parte de la numerosa delegación parlamentaria y empresarial que acompaña a la Presidenta Michelle Bachelet, anuncia que en marzo se reunirá con el ministro que lleva el caso, Omar Rojas, para entregarle nuevos antecedentes que contribuirían a "cerrar el círculo". Pero no suelta la hebra pendiente en el pago de comisiones ilícitas en esta compra: las «autoridades civiles».
"El ministro en visita tiene que completar la nómina y cuadrar la caja. Una vez que cumpla con ese propósito vamos a tener todo el abanico de las responsabilidades y de todos los beneficiados con esta coima, porque son US$ 15 millones y hasta el momento sólo sabemos de un tercio de esta suma".
A Avila todavía le parece increíble que nadie haya escuchado su denuncia. Sobre todo porque, si bien cuando se reunió con el entonces ministro de Defensa, Edmundo Pérez Yoma, no tenía papeles, a su sucesor, José Florencio Guzmán, le entregó documentos donde el suicidado general Jacques Lefebvre habla del "dispositivo local" chileno; da nombres de los verdaderos «intermediarios» de la compra y describe el procedimiento para repartir en Chile los US$ 15 millones.
-Ud. partió la ofensiva del caso Mirage en 1997. ¿Por qué cree que no le hizo caso en su denuncia el entonces ministro de Defensa, Edmundo Pérez Yoma, con quien se reunió?
-A raíz de este caso he ido acumulando una gran frustración desde hace más de 10 años. Cuando presenté los primeros antecedentes debió reaccionarse de inmediato, porque en ellos no cabía ninguna duda de que estábamos ante un hecho de corrupción de graves consecuencias, y cuyas implicaciones necesariamente tenían que situarse en altos niveles de nuestra institucionalidad.
-¿Le llevó antecedentes escritos?
-La conversación con Pérez Yoma no se llevó a cabo sobre la base de antecedentes documentales, sino el registro de una versión muy confiable para mí, que llegó desde Bélgica y que estaba ad portas de materializarse en un conjunto de antecedentes muy valiosos.
-¿Cree que influyó el que Ud. había hecho previas denuncias sobre casos en la FACh, como el proyecto Atlas y el caso Rattán?
-Percibí que el ministro Pérez Yoma entendió que ésta podía ser la zaga de una ofensiva que, supuestamente, tenía contra la FACh.
No noté en él gran preocupación por lo que le manifesté.
-¿Había temor en las autoridades civiles de no querer complicar la relación con los militares?
-En ese período las autoridades civiles no querían ningún elemento que perturbara las relaciones con las FF.AA. Y actuaban en lo que concierne a la adquisición de armamentos con gran autonomía de vuelo.
1999: "Viajé a Bélgica y regresé con antecedentes muy valiosos"
-El 99 Ud. va con el ministro José Florencio Guzmán y le entrega declaraciones judiciales del general belga Jacques Lefebvre, donde dice que sería catastrófico que se conociera el "dispositivo" organizado que tenía en Chile.
-Es que yo viajé a Bélgica y de regreso me vine con un conjunto de antecedentes muy valiosos, en los cuales había pistas clarísimas de que el hecho de corrupción tenía que ser, necesariamente, una materia que abordaran las instituciones públicas chilenas. Le pedí al ministro Guzmán que enviara los antecedentes al Consejo de Defensa del Estado y me reuní con su presidenta, Clara Szczaranski, para entregarle la parte más sustanciosa. Al final, el ministro envió sólo los antecedentes a la FACh para que realizara un sumario. En éste se omitió incluso un informe técnico sobre los aviones, que habría echado por tierra la operación de compra.
-Pero la expresión de Lefebvre, el dispositivo local, puede ser algo ambiguo, puede referirse a contactos sin que necesariamente haya mediado dinero.
-Cuando conversé este tema en Bélgica me quedó claro que se dispuso de una cantidad inusualmente alta de comisiones, porque entendían que para poder hacer prosperar esta negociación tenían que sortearse obstáculos no sólo en el ámbito de las Fuerzas Armadas, sino también en esferas donde en algún momento debían tomarse decisiones políticas. Por lo tanto, este hecho implica y salpica a todo el abanico de lo que serían los resortes institucionales necesarios para llevar a feliz término esta negociación.
-¿Se refiere al gobierno de Aylwin, donde se decidió, o al de Eduardo Frei, donde se finiquitó la compra?
-Toda esta negociación se desarrolló muy apresuradamente en esta última etapa y culminó en el gobierno de Aylwin, particularmente por el ministro Patricio Rojas.
Rojas: "Tengo presunciones fundadas"
-¿Cree que el ex ministro Rojas está involucrado?
-Tengo presunciones fundadas que se ponen al margen de cualquier especulación, pero no deseo darlas a conocer a través de la prensa antes de tener una conversación a fondo con el ministro. Tuve la oportunidad de hablar ampliamente con el equipo investigador del juez belga, Daniel Franzen, y obtener de su parte una variada gama de elementos de juicio, que me permiten construir con un grado alto de certeza lo que pudo ser el derrotero de esta negociación y la forma cómo se pudo llegar a materializar.
-¿Le entregará al ministro Astudillo nuevos antecedentes?
-Tengo que hablar con el ministro en visita en marzo, porque creo que voy a poder aportarle algunos elementos que podrían dirigir su investigación hacia un ámbito que tal vez no ha explorado hasta este minuto.
El va a necesitar pistas más específicas para ir tirando la hebra hasta cumplir su tarea fundamental, que es muy sencilla: tiene que completar la nómina y cuadrar la caja. Una vez que cumpla con ese propósito vamos a tener todo el abanico de las responsabilidades y los beneficiados con esta coima, porque son US$ 15 millones y sólo sabemos de un tercio de esa suma.
-¿Sus nuevos antecedentes son presunciones o información adicional?
-Son presunciones fundadas a partir de hechos que se han ido confirmando en el último tiempo, cuando aquí en Chile se han decidido a investigar en serio, y podrían ser muy determinantes para ir cubriendo todo el espectro de este caso.
-¿Le parece creíble la explicación del general (r) Ramón Vega de que no sabía que su yerno, Bernardo Van Meer, estaba involucrado en el caso Mirage?
-Para nadie es creíble que alguien relacionado familiarmente, y que por esa circunstancia es involucrado en un negocio que a la postre resulta exitoso, no haya tenido nada que ver precisamente con uno de los objetivos básicos que le fue fijado, es decir, generar el nexo y los puentes apropiados para que, en una instancia decisiva de esta operación, las cosas se faciliten.
-Ud. pidió un ministro en visita y denunció el caso al entonces presidente de la Corte Suprema, Marcos Libedinsky.
-Su reacción me causó una desazón muy grande. Al omitir todo pronunciamiento del hecho ayudó a que los involucrados queden "libres de polvo y paja", sólo con sanción moral, pues se benefician de la prescripción.
-Tampoco sus hoy colegas en el Senado le dieron importancia. Cuando se pidió una comisión de ética, Gabriel Valdés, entonces presidente de la Cámara Alta, dijo que el senador Vega no había cometido ningún acto reñido con su calidad de parlamentario en el caso Mirage.
-En ese momento percibí que el entonces senador designado fue beneficiado con una reacción corporativa.
No hubo mayor preocupación por indagar y se prefirió atender a los lobbys particulares que se hicieron en ese instante, para impedir que el Senado se involucrara en este tema.
-¿Cree que se conocerá la verdad?
-Siento mucha frustración, porque si bien el caso avanzó causando gran expectación pública, ha entrado en un estado como de anomia y se corre el riesgo de que siga pasando el tiempo y las hebras finales no se encuentren, quedando la investigación trunca y, por lo tanto, uno de los episodios más bochornosos desde el punto de vista institucional y ético para el Estado, permanezcan cubiertos de impunidad.
-¿Hay mayor riesgo de eso ahora que está siendo involucrado el gobierno de Frei, que es candidato presidencial?
-Ojalá no se haga ese cálculo político menor. Esto tiene que abordarse con sentido de Estado. Todos debemos impedir que hechos así vuelvan a repetirse y que una vez más la ciudadanía tenga la sensación de que los grandes corruptos, los que se benefician con dineros mal habidos, pasan agachados por la institucionalidad.
-¿Le preocupa que con la arista civil los militares eludan su responsabilidad?
-Otro de los riesgos es que alguien pretenda producir un empate entre militares y civiles. Sería vergonzoso, hay que empeñarse a fondo en que se dilucide todo y, en vez de ponernos rosados todos los días, nos pongamos rojos una vez. | | | | | |
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