En la reciente asamblea anual de la Sociedad de Fomento Fabril, su presidente, Bruno Philippi, analizó la situación de la actividad manufacturera, en muchos aspectos coincidente con la de las restantes áreas de la producción. En concepto de la SFF, "lo que más daño produce es la visión dividida... en el Gobierno y en círculos políticos sobre los beneficios sociales que genera el crecimiento económico". Algunos critican que el reparto surgido de la expansión no es equitativo y que habría desequilibrio en las negociaciones entre sindicatos y empleadores. Sin embargo, la evidencia técnica señala -estima Philippi- que el mercado está remunerando al factor trabajo según sus ganancias de productividad, y al capital según los riesgos que asume.
Por otra parte, mientras en su último mensaje la Presidenta dijo que busca expandir las materias que pueden ser negociadas entre empleadores y trabajadores en cada empresa, su ministro del Trabajo ha declarado que no se puede garantizar lo que en definitiva apruebe el Congreso. De modo que temas no contemplados en iniciativas del Ejecutivo -como la negociación interempresas y la prohibición de los reemplazos durante las huelgas- pueden terminar finalmente incorporados a la ley que se promulgue. Pero es evidente que el Gobierno sí puede influir, si lo desea, y que fácilmente podría reclutar una mayoría en estos temas.
En cambio, el ministro Andrade le pide a Philippi "manifestar inequívocamente una voluntad explícita de que enfrentemos los abusos en el ámbito laboral y nos ayude a que la torta se reparta un poco mejor". Queda de manifiesto la diversidad de enfoques, pues lo que impetra Philippi es el imperio de la legalidad, que precluye los abusos de empleadores y trabajadores por igual.
Sin embargo, ante "una serie de conflictos de gran connotación pública, impulsados normalmente por una dirigencia sindical ajena a las empresas afectadas, que recurre a la violencia y a la ilegalidad" y "las malas prácticas sindicales en los movimientos ilegales (que) no han tenido ninguna condena", no parece haber un parejo criterio contra los abusos.
Para que "la torta se reparta un poco mejor" es indispensable promover la expansión y perfeccionar y ampliar el mercado del empleo. En Chile y en el propio Gobierno hay visiones divididas sobre esto, y Philippi ha reclamado, una vez más, una Comisión Pro Crecimiento que, como en educación y equidad, logre al menos consensos parciales. Uno conducente a que la economía crezca más sería bueno para todos, y se debe tener presente que cada vez más voces autorizadas -últimamente, "The Economist" y el famoso teórico de la competitividad Michael Porter- nos señalan las fallas que impiden el crecimiento y perpetúan la pobreza.
CONSULTEN, OPINEN , ESCRIBAN LIBREMENTE
Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en RSE de la ONU
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