Hillary Clinton no asume aún su derrota y sigue en campaña
AP
PEDRO RODRÍGUEZ. CORRESPONSAL. WASHINGTON
Aunque todo tipo de resultados, parámetros de legitimidad y cálculos matemáticos coinciden en que Hillary Clinton no será la candidata presidencial del Partido Demócrata en las elecciones de noviembre, la ex primera dama ha optado por seguir con su campaña en la que ha invertido casi dos años de dedicación exclusiva, 200 millones de dólares y también el prestigio político de su marido. Empujada por una inercia difícil de frenar, la senadora persiste en hacer mítines, solicitar donaciones y calibrar su decreciente respaldo entre la jerarquía de su partido.
Como si los resultados de este martes en Indiana y Carolina del Norte no hubieran inclinado casi de forma definitiva la balanza a favor de Barack Obama, Hillary ha proseguido con su agenda de mítines y apariciones electorales en las próximas paradas del itinerante pulso de primarias. Sin privarse en ningún momento de ser presentada con el típico vocativo electoralista de «la próxima presidenta de Estados Unidos».
Actividad inmutable también reproducida por su marido, dedicado sobre todo a conectar con audiencias rurales y trabajar el frente de la recaudación de donaciones. Hasta Mark Penn, el degradado asesor electoral de Hillary, habría producido un memorando estableciendo una nueva estrategia electoral hasta el final del calendario de primarias previsto para el 3 de junio. Todo un aire de normalidad y continuidad que ayer contrastaba con la última portada de la revista «Time» que junto al retrato de Barack Obama titulaba «Y el ganador es...».
Los altos cargos del Partido Demócrata que se han reunido en los últimos días con Hillary Clinton también han confirmado que la senadora no aparece concentrada en formular una estrategia de salida. Ante esta dinámica, Barack Obama ha rechazado triunfalismos y asumir públicamente el papel de nominado. En declaraciones a la cadena NBC, el senador por Illinois insistía en que todavía no ha llegado ese momento: «Yo no doy nada por sentado».
Fuentes cercana a la campaña de Hillary insisten en que a la senadora aspira a terminar su candidatura con una nota positiva, como por ejemplo tras ganar en las primarias de Virginia Occidental y Kentucky, previstas respectivamente para el 13 y el 20 de mayo. Y también aspira a que el Partido Demócrata eventualmente ofrezca una solución a los resultados en disputa de Florida y Michigan. En una carta enviada a Barack Obama, cuya ventaja no corre peligro por esas primarias anuladas, la senadora ha solicitado a su rival ayuda para que todos esos votantes no sean ignorados.
No más argumentos raciales
Junto al goteo ya constante de «superdelegados» neutrales que se van pronunciando a favor de Obama, Hillary Clinton también está recibiendo presiones para que no realice más argumentos raciales a favor de su candidatura y adopte un tono más positivo en lo que resta de su campaña. Sin entrar en las dificultades de su rival para conectar con la clase trabajadora blanca. Aunque lo único seguro es que la senadora tiene la intención de competir el martes que viene en Virginia Occidental.
Obama, por su parte, ha empezado a tomar sus primeros y respetuosos pasos encaminados a enmendar las divisiones en el seno del Partido Demócrata. En una visita a la sede del Congreso en Washington, el senador ha sido recibido con el entusiasmo de un confirmado candidato presidencial. Matemáticamente, esa confirmación podría llegar el próximo 20 de mayo, con las primarias de Oregón y Kentucky.
Saludos
Rodrigo González Fernández
DIPLOMADO EN RSE DE LA ONU
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