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Joe, bueno el artículo, de mucho y sano humor. Siempre el humor es bueno en democracia, excelente, pertinente y oportuno diría un amigo Magistrado. El humor es el alma de la democracia y la sangre que da vida a la libertad Es bueno el humor que consigue quitar peso a lo solemne, a lo escatológico y a las sentencias inamovibles. Es un método infalible para detectar contradicciones, paradojas, ridiculeces y sinsentidos. El humor es un sensor infalible que detecta siempre el ridículo y el esperpento. Bien utilizado, dice mi amigo Rubiales, cierra las puertas de la confrontación y convierte el debate en un ejercicio agradable, inteligente y pacífico. Sin humor, entonces, el debate se hace imposible Y sin debate no hay democracia, saludos Rodrigo González Fernández, consultajuridica.blogspot.com
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